Miguel Ángel Rojas Arias
Al gobernador del Quindío jamás se le ha escuchado una reflexión conceptual importante desde lo político, filosófico o histórico. Su discurso ha sido una babosada, incluso en la campaña política que lo llevó a la gobernación. A EL QUINDIANO le negó entrevistas por temor a las preguntas. Incluso, alguna vez consultaron desde su campaña por las preguntas. Como es lógico, nuestro equipo no las iba a mandar, porque ese ejercicio de las entrevistas es una práctica de la libertad. Por eso, al término de la pasada cumbre de gobernadores, donde él es el presidente de los mandatarios seccionales, se le escuchó raro reclamarle al gobierno nacional Libertad y Orden. Sabemos que esa fue una postura del gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria, que fue asumida por muchos mandatarios con un criterio absolutamente politiquero, porque, por lo menos Roberto Jairo demostró que no tiene ni idea del origen de esa frase que está en el escudo nacional, como no tenía ni idea de la historia del Quindío cuando propuso cambiar su escudo, solo por vanidades personales.
Reclaman Libertad y Orden quienes fueron adalides, patrocinadores y coequiperos de aquellos que generaron en los últimos 20 años el atropello más grande que haya sufrido la nación a través de la corrupción, el apoyo al narcotráfico, a la violencia de Estado y a la financiación de las campañas con dineros sucios provenientes de ese narcotráfico y de la coima del contratismo del traje a la medida.
Los ejemplos cunden en el Quindío. Quienes apoyaron al gobernador Roberto Jairo fueron nadie menos que los que se robaron la ciudad a través de la contribución de valorización, don Emilio Valencia y su hija Luz Piedad; el famoso senador Mario Castaño, líder de la más poderosa banda defraudadora de los dineros del Estado; César Gaviria, el más nefasto expresidente colombiano, beneficiario de esa corrupción y esa violencia que ha azotado al país; el para entonces parlamentario Atilano Giraldo, el de los puentes sin conexión en Córdoba y Circasia, donde se invirtieron más de $15.000 millones de pesos que no benefician a nadie; y todo ese grupo de concejales y diputados tan dispuestos a la Libertad y Orden que ofrecieron en los últimos 20 años los partidos del establecimiento: Centro Democrático, Cambio Radical, Partido Liberal, Partido Conservador, etc. Una Libertad y Orden que se desbordó en guerras, muertes, falsos positivos, asesinatos de líderes sociales, muertes selectivas y narcotráfico. En resumen, en la más rampante narcocracia del mundo occidental.
Y si se quiere más, aquí la tienen: Todos los millonarios contratos, de los que habla y se ufana el gobernador, han sido otorgados a dedo. Sí a dedo, porque para eso se creó, en agosto de 2020, ocho meses después de empezar su mandato, la empresa PROYECTA, para poder hacer por allí ‘convenios administrativos’ y otorgarles los contratos a sus amigos, a dedo. La fórmula es fácil, se consigue un contratista, se le dice que se busque dos amigos más para completar la oferta de tres que exige el convenio interadministrativo, y se le otorga a dedo al que ya sabemos, eludiendo la ley de las licitaciones con multiplicidad de participantes y los contratos tipo. ¿De cuánto es la coima? Pregúntenle a Vargas… o a Pablo.
Libertad, sí, pero para seguir en este desmadre de corrupción que muchos están viendo frenado por el gobierno nacional. Qué coincidencia, pero cuando el gobernador Jaramillo proclamó Libertad y Orden, ese mismo día, en ese mismo discurso, pidió que liberaran a las gobernaciones los recursos de las regalías. Las necesita con urgencia porque le quedan solo 9 meses para su propia libertad y su orden…
Y ahora, cuando el gobierno le ha liberado los $29.000 millones para las obras de los Juegos Nacionales, el gobierno departamental piensa que las cosas se han puesto en orden, a su orden; en libertad; a su libre albedrío, tanto así que inmediatamente fueron a PROYECTA, para que allí se escoja el contratista… que ya sabemos quién es…
Libertad y Orden piden ahora, no antes. Precisamente ahora cuando el gobierno nacional trata de apagar la llama de la violencia y la corrupción que corroe hace 20 años al país, y lo piden solo porque están viendo en peligro sus intereses, que son los mismos del narcotráfico y de los amigos de muchos gobernadores, como el caso de Mario Castaño, que insufló a Roberto Jairo con la banda de gobernador.
Libertad, debe de ser el ejercicio de los órganos de control, para investigar a fondo los contratos que se otorgan en PROYECTA, cuyo primer gerente ya está encarcelado preventivamente, tras las sospechas de corrupción al interior de este organismo que preside el gobernador Roberto Jairo Jaramillo.