Manuel Gómez Sabogal
Nada como “puebliar”. A muchos, nos encanta ir de pueblo en pueblo un fin de semana o un domingo, en especial. Es maravilloso entrar a un pueblito y disfrutar de lo que hay en cada uno. Detenerse a tomar fotos, caminar, sentir que la gente es amable.
No sé porqué, pero a muchos alcaldes se les ocurre “reformar” la plaza, porque debe ser mejor, más bonita y en algunos casos, “raparle” los árboles que le daban majestuosidad a la misma.
Claro que en otros pueblos, remodelan sin quitar árboles o retirar las sillas que hay.
Además, algunas remodelaciones pasan de 500 millones de pesos, mientras tanto, las calles permanecen en el peor de los estados. Huecos por doquiera o vías cerradas, gracias a construcciones nuevas. Es decir, cierran porque arena y elementos permanecen casi que en la calle. A nadie le importa.
En algunos pueblos, empiezan parques, obras, pero quedan así, a medias, como siempre. Nadie les presta atención, ni les duele que las obras queden en veremos.
Sé que algunos parques lo han remodelado muchas veces, a gusto del alcalde de turno. Pero solo los parques, porque nada más. Tampoco hay señales que ayuden a los turistas.
Algunos parques han sido remodelados muchas veces, también. Y para colmo, en unos de esos parques, si no estoy mal, a un concejal se le ocurrió “pintar” las estatuas y los árboles. Las estatuas, seún él, estaban muy feas y los árboles debían tener un mejor color. Nadie le dio un consejo al concejal.
En cuanto a parques y vías, el descuido en Armenia es grande. En la vía al aeropuerto, el otrora parque de recreación está totalmente abandonado. Nadie lo quiere, ni le dan un aire. Completamente perdido. No se justifica tremendo descuido. ¿Quién tiene la culpa?
Y de otros parques, ni hablar. Es decir, en Armenia, todo está descuidado. Las escasas vías deterioradas y sin dolientes.
Para colmo, la señalización en el Quindío es mala, por no decir perversa. Muchos turistas preguntan y preguntan antes de llegar a su destino, porque no hay buenas señales
Ahora, volverán las oscuras golondrinas, es decir, los “nuevos” candidatos a hacer las promesas de siempre para que haya “cambios” en su pueblo. Solo espero que no se les ocurra remodelar el parque nuevamente, sino pavimentar las vías, poner señalización adecuada y hacer que la vida en los pueblos sea mucho mejor.
En los pueblos, que haya bibliotecas en las Casas de la Cultura, para que haya cultura en dichas casas y para los pueblos. Claro que nuestros políticos seguirán con el cuento aquel de “quiero conocer las necesidades de la gente”, “para ayudar a la comunidad, necesito saber qué se requiere”. Como si jamás hubiesen vivido allí oconocieran bien a su tierra. Es decir, vuelven con los mismos cuentos de siempre. No cambian…
No más remodelaciones de parques, sino vida agradable para los habitantes de cada pueblo…