Construir sobre lo construido

28 marzo 2023 3:30 pm

Compartir:

Gilberto Zaraza Arcila

Ese es el manido argumento de la derecha para oponerse a las reformas del gobierno, que porque se va a destruir el país. Para conocer que fue lo que realmente dejaron “construido”, veamos el balance después de 210 años  de mal gobernar a Colombia.

En materia de seguridad el resultado es deplorable. No sabemos que es vivir en  paz. Nos acostumbraron a la guerra, a la violencia, a la pena de muerte,  a las ejecuciones extrajudiciales, al genocidio de  integrantes de  partidos opositores, a la eliminación sistemática de  líderes sociales, al desplazamiento forzado, a los desaparecidos, a la violación permanente de los derechos humanos.

En materia social establecieron un régimen de exclusión. La mitad de la población subsiste en la pobreza o en la miseria (pobreza extrema). Con salud y educación de mala calidad, o sin acceso a ellas ni con tutelas, ni  incidentes de desacato. Millones de desempleados. Millones de  destechados o viviendo en invasiones en zonas de alto riesgo, sin acceso a servicios públicos. Ciudades llenas de habitantes de la calle, drogadictos, desplazados o emigrantes implorando la caridad pública.

En materia económica, el modelo capitalista neoliberal privatizó y convirtió en lucrativo negocio muchas funciones y empresas del Estado. Somos uno de los países más desiguales y con mayor concentración de la tierra y la riqueza en el mundo. Dejaron los mayores déficit fiscal, deuda externa y devaluación de la historia. La pérdida de calificación del riesgo, una elevada inflación, alto índice de desempleo  y una  informalidad  del 60%. Con la apertura económica y la firma de los TLC desindustrializaron el país y destruyeron el sector agropecuario.

El sector rural fue totalmente abandonado, sin vías o en mal estado, sin servicios públicos, ni puestos de salud, ni crédito, ni asistencia técnica, ni canales de mercadeo. La mayoría de la población campesina, emigró a las ciudades en busca de oportunidades. Hoy importamos a elevados precios,  los alimentos que antes producíamos.

El sistema político y electoral es una farsa. Los grupos económicos  y  los grupos al margen de la ley con su poder económico y con las armas, hacen elegir gobernantes y congresistas; para que gobiernen y legislen a su favor y les entreguen  la burocracia y la contratación estatal. Violan todas las normas y cometen todos los delitos electorales, con la complicidad de los organismos electorales, de control y de justicia.

Entregaron un Estado desintitucionalizado, sin ninguna credibilidad. Establecieron un contubernio con narcotraficantes y paramilitares. Un régimen de componendas y complicidades. Acabaron con el sistema de pesos y contrapesos. La constitución y la ley no se cumplen. La justicia no opera.  Por eso campea la corrupción y la impunidad.

La libertad y el orden que hoy reclaman solo existe para que los grupos económicos establezcan monopolios u oligopolios, conformen carteles y especulen con los precios, evadan y eludan impuestos, concentren las concesiones y  la contratación estatal. Porque, la libertad de asociación, de huelga, de expresión, movilización y protesta, son reprimidas con la fuerza bruta, incluso hasta con la eliminación física. Dejaron un desorden monumental, caos y anarquía. Gran parte del país sin presencia del Estado en control de grupos al margen de la ley, que bloquean vías, cierran comercios, extorsionan, asesinan e imponen su autoridad.

Solo ahora que perdieron el poder para defender el régimen de privilegios, aparece  la justicia, el congreso y los organismos de control a oponerse a las reformas, a  obstaculizar la gestión del gobierno, a impedir los cambios y el  desmonte de la privatización del Estado.

 No han construido democracia, porque esta es el sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo. El poder está en manos de la oligarquía y de la clase dirigente corrupta, que compra votos o constriñe al elector. No hay democracia, tenemos corruptocracia.

Las reformas prometidas no pueden ser impedidas por 3 personas (Cesar Gaviria, Efraín Cepeda y Dilian Francisca Toro) que prometieron apoyar el gobierno a cambio de burocracia y contratación; y lo traicionaron porque hoy se oponen a las reformas. El Presidente le tiene que cumplir es a los cerca de 11. 300.000 colombianos que lo eligieron  por las reformas prometidas, y no a estos 3 politiqueros. Con una buena pedagogía el pueblo está dispuesto a aprobarlas en las urnas mediante un referendo o una consulta popular. Es la oportunidad histórica del cambio. Petro no pude ser inferior a este reto.  

 

 

El Quindiano le recomienda

Anuncio intermedio contenido