Iván Restrepo
Al igual que todos mis colegas del sector turístico regional, sigo con interés cómo se está comportando el manejo de las reservas para la temporada de Semana Santa, a este día de publicación de esta columna, cuando ya deberían de estar confirmados, con garantías quienes desean disfrutar de unos días de asueto en nuestro destino.
La temporada 2023 ha acumulado una serie de circunstancias que pueden hacer que los viajeros se abstengan de viajar:
- El invierno y todo lo que este en sí conlleva, principalmente el estado de muchas de las vías de acceso a nuestro destino; quienes más sufren son las poblaciones cordilleranas que vienen padeciendo desde hace un tiempo de innumerables derrumbes, sin dejar de mencionar el estado actual del puente de Barragán que entre promesas van y vienen ya son meses sin solución.
- Cierre de operaciones de varias aerolíneas
- Precio del dólar, a la fecha se cotiza alrededor de los 4.600, con tendencia a la baja, motivada por los constantes cambios fuera de Colombia –imposibles de controlar–, recordemos que para un destino como el nuestro, es beneficioso que Colombia maneje un precio de la divisa americana alto para así, desmotivar a los colombianos a optar por destinos allende las fronteras y así, motivarlos a hacer turismo interno, en la otra cara de la moneda, esta situación va a motivar a las corrientes internacionales a elegir a Colombia, en donde su dólar puede comprar mucho más.
- La incertidumbre económica que genera el estar navegando entre reformas a varios planes que tienen que ver con lo económico del nuevo gobierno, al punto tal que aquellos que desean viajar, a cualquier parte lo piensen más de una vez.
A todas las anteriores situaciones ahora viene a sumársele el estado de alerta naranja en que nos tiene nuestro vecino el Nevado del Ruiz, siendo esta última quizás la mayor causa de la cancelación de reservaciones no solo para el Quindío sino para Risaralda, Caldas, Tolima; bien lo dice la oficina de Control de Riesgos, el Quindío es quizás el de menor afectación en caso de ocurrir una erupción, lamentablemente, de la forma en que se está manejando la información en medios y redes sociales, pareciera que hay individuos interesados en que no se arrimen los viajeros y turistas por acá.
Suele suceder en otros destinos afectados por situaciones de desastres, como las islas del Caribe; cuando hay alertas de huracán, dirigiéndose hacia determinadas islas, la noticia magnificada da pie para que los turistas desvíen su rumbo hacia otros destinos en donde van a encontrar los mismos atractivos que aquellos los destinos a punto de ser impactados por el golpe del fenómeno climático.
Estas situaciones dan motivo para pensar una y mas veces en una promoción de destino, que invite a los viajeros de los diferentes nichos de mercado a venir en las temporadas bajas, cuatro veces más que las de alta, de esta forma vamos a poder tener una ocupación acumulada mucho mejor y dejar de depender de los 70 días aproximadamente que duran los días de altas ocupaciones por encima del 70%
A los colegas que preguntan cómo manejar las cancelaciones de estadías por motivos de fuerza mayor como los esbozados antes, me parece bien procurar ofrecer no cancelar, sino dejar la reserva en stand by para una fecha posterior, en su defecto, si el cliente no puede viajar luego, no queda otra que devolver el importe de lo pagado.
Es mi mayor deseo que a todos les vaya muy bien, sin contratiempos, hagan todo lo que esté a su alcance para que los viajeros vivan esa experiencia que tanto desean.
Hasta la próxima.