domingo 18 May 2025
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Cuento: Fin de semana

8 abril 2023 3:38 pm
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Cuando pusieron a dormir a Tobías, aún tenía la sangre de doña Lucía en su hocico, fue rápido, el veterinario encargado de darle muerte al canino se preparó de manera profesional, utilizó unos guantes quirúrgicos y antes de todo le puso el bozal al Dogo Argentino para evitar algún otro percance.

Esa mañana de lunes, como siempre lo hacía, Genaro, el mayor de los sobrinos de doña Lucía, pasó por su pequeña parcela para dejar un poco de leche recién ordeñada y saludar la única tía que le sobrevivía, él siempre llevaba sus propias llaves para ingresar, ya que doña Lucía sufría con la artritis y el desgate de sus rodillas, sin embargo, se encontró con algunas inconsistencias que lo hicieron sospechar, la puerta principal estaba sin el seguro habitual de la mañana, inmediatamente Genaro logra ingresar a la vivienda de su tía lo recibe Tobías con un movimiento incesante en su cola, se sentía más ansioso de lo habitual, además, el hocico con sangre hizo pensar lo peor en ese momento.

El cuadro era macabro en la habitación de doña Lucía, sangre por todo lado, ella acostada en el suelo en dirección desconocida, tal vez solo buscaba huir del ataque despiadado del cual era víctima, murió desangrada con un rosario en la mano que solo abandonaba para poderse duchar; enseguida Genaro pensó en encerrar el perro, y lo logró, con un pedazo de carne que encontró en la cocina de su tía, luego, se dispuso a llamar al inspector de policía encargado de la vereda, el cual no tardó, acompañado de otros dos oficiales registraron en sus memorias y para siempre aquella imagen que los dejó fríos.

Después de un momento lograron recuperar el aliento y se dispusieron a seguir con el procedimiento, el animal era un peligro, no lo podían dejar escapar, de tal manera que llamaron al veterinario del pueblo y le comunicaron lo sucedido, solicitaron la eutanasia para el canino, si se llega a escapar podría atacar a alguien más, hasta podría hacerle daño a los niños de la escuela que pasaban por aquí cerca.

-El procedimiento fue un éxito, dijo el profesional encargado de darle muerte a la mascota de doña Lucía, -como era un perro tan grande, tuve que suministrarle una dosis doble para asegurarme que no se vuelva a levantar.

De repente, el inspector recibe un llamado por su radio, el cual también alertó a los otros dos oficiales que lo acompañaban, decían desde la central que se desplazaran de manera urgente a la propiedad de la familia Restrepo ya que sus familiares trataron de comunicarse con ellos todo el fin de semana y no sabían nada, afortunadamente era la finca frente a la parcelación de doña Lucía, los policías desenfundaron su colt 38 y se encaminaron de manera sigilosa al predio indicado, al llegar allí se encontraron con la familia Restrepo tratando de liberar sus manos y pies de una columna donde los habían dejado, no se escucharon gritos porque también pusieron trapos en la boca de cada uno para evitar la algarabía.

Después de tomar un poco de agua para calmar los nervios y entrelazar un abrazo acompañado de lágrimas, los oficiales separaron del grupo al señor Restrepo para preguntar por lo sucedido, ya menos afectado relató lo siguiente:

-El perro de doña Lucía ladraba y ladraba el viernes a eso de la 1:00 am, yo me desperté y me paré a servir un vaso de agua, por lo que aproveché para ver cuál era la bulla de Tobías, estando cerca de la casa logro escuchar los gritos de doña Lucía, era un sonido aterrador que se fue desvaneciendo de a poco, la puerta estaba entre abierta y de allí salieron dos individuos, uno con pistola al cinto, el otro trataba de limpiar un cuchillo de cocina muy ensangrentado como sus manos, después solo pude escuchar el lamento de Tobías mientras los sujetos se desplazaban a mi casa para amarrarme a mí y a mi familia y despojarnos de nuestras pertenencias, creo que los malhechores le hicieron daño al perrito, espero que estén bien.

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