Efraím Vallejo, gran señor, gran caballero

22 junio 2023 10:32 pm

Compartir:

Por: Fernando Elías Acosta González *

Suele decirse con sarcasmo que “no hay muerto malo” y como sociedad mezquina, con contadas excepciones, nos falta el valor civil para reconocer en vida a quienes, por sus calidades humanas, sus méritos y sus acciones, merecen el sincero reconocimiento de sus conciudadanos. No creo equivocarme al opinar que el pueblo quindiano en cabeza de sus dirigentes sí quedó en deuda con un gran señor, un gran caballero como lo fue Efraím Vallejo Giraldo: empresario y connotado líder cívico.

Y no le digo ‘doctor’, porque como reza el certero refrán: “doctor se le dice a cualquiera” (los casos abundan por toneladas en nuestro pequeño entorno) y este querido y respetado economista no era cualquiera. Dos escenarios cruzaron nuestras vidas: de un lado, el Semanario Hoy Quindío, medio periodístico que remplazó a la Patria del Quindío; y de otro, la Sociedad de Mejoras Públicas de Armenia (SMP).

Esa interrelación entre él, como director del naciente periódico, y el suscrito, en calidad de jefe de redacción, me permitió conocer a un hombre con alta formación académica, enfocado en sus negocios, pero también preocupado por el devenir, en particular, de la ciudad y la región. Sin embargo, por encima de esos atributos, lo que me conectó con él desde un comienzo, fue su enorme calidad humana: qué gran señor, qué gran caballero. Sencillo, amable, cordial, respetuoso y de muy buena ‘chispa’.

Me invitó a hacer parte de la junta directiva de la SMP en donde lo acompañé por varios años. Allí adentro pude comprobar cuánto le dolían esta ciudad y este departamento. No era un idealista, era un líder de “armas tomar” (líder es el que enseña con el ejemplo y él sí que enseñaba con el ejemplo). Si me equivoco me perdonan, pero si la memoria no me falla, su destacado rol, sus ideas e iniciativas dejaron huella en Cicolsa, Cofincafé, Actuar Famiempresas y Quindío Zona Franca, entre otros.

Ni qué decir de lo que fue su papel en el Club Rotario, entidad que amaba con todo el corazón y a la que le dedicó gran parte de su vida y de sus esfuerzos. Estaba comprometido a la vez con muchas nobles causas, pero el tiempo no le alcanzaba. Miembro de varias juntas directivas, su propia empresa y toda la dinámica que le exigía tanto la presidencia de la SMP como la presidencia de la Federación Nacional de Sociedades de Mejoras Públicas de Colombia.

Recuerdo como si fuera hoy, compartiendo un café en su oficina, cuando le expresé: “mi estimado, mérmele que con ese correr infernal, está poniendo en riesgo su salud, le está ‘robando’ tiempo a su familia y al final ni le agradecerán todo esto que usted está haciendo”. Triste y lamentablemente el tiempo me dio la razón. Su exitosa labor al frente de la SMP se vio truncada porque Mario Londoño como alcalde de Armenia, se negó a renovar el contrato para el mantenimiento de parques, avenidas y zonas verdes.

Efraím Vallejo, obrando casi bajo la absoluta convicción de que contarían con los recursos del municipio, anticipó contrataciones para no descuidar el ornato de la ciudad, pero “otro gallo cantó” y “lo dejaron viendo un chispero”. Al parecer – según afirman las “malas lenguas” -le tocó responder con sus propios recursos aquel entuerto, que además no eran unos pocos pesos. Ello, sumado a los nefastos efectos de la pandemia, también dio al traste con la dinámica económica de su empresa.

Cuando uno está arriba, todos quieren estar allí, pero si las circunstancias son desfavorables, la mayoría sale a correr. La nuestra, es una sociedad falsa, hipócrita, arribista, que actúa no por conciencia sino por conveniencia. La gente de bien (no aquella “de dedo parado y clasista”, sino aquella que aún conserva verdaderos valores ciudadanos, tiene el deber moral de ponerle de presente a las nuevas generaciones, que hubo un hombre que literalmente sacrificó gran parte de su vida personal, familiar y empresarial, por dedicársela a causas comunes, al bien común.

Un profesional al que no pocos tentaron desde la política para ostentar ciertas dignidades, pero que rechazó de plano, porque coherente como era él, no quería enlodarse con la inmundicia que allí subsiste. Efraím Vallejo: usted fue un gran ejemplo para mí. Lo recordaré por siempre con cariño, respeto y admiración.

 

* Secretario junta directiva Colegio de Abogados del Quindío.

El Quindiano le recomienda