¿Quién es el capitán?

10 agosto 2023 11:50 pm

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Entre más primaria la sociedad, las responsabilidades se van imponiendo más temprano: un campesino aprende los oficios del agro desde niño y con frecuencia, siendo aún adolescente, ya está laborando, madrugando y dedicando la mayor parte de su joven existencia a producir y colaborar en la familia. Lo contrario ocurre en ciudades y grandes centros urbanos: la adolescencia se prolonga, a veces casi hasta la edad mayor, mas hoy en día en que cada vez es mas complejo encontrar trabajo y, obtener una adecuada formación técnica o profesional. Ahora estamos ante un fenómeno otrora impensable: los “influencers”, los “yutubers” y similares, la mayoría con escasa formación intelectual y además con una contradictoria escala de valores, algunos rayando en la sociopatía, que para nada importa a la hora de hacer el balance entre retribución económica y adecuado comportamiento ético. Lo vivimos de manera inmisericorde en la campaña presidencial que condujo al señor Petro a la silla de Bolívar.  Nunca en la historia de Colombia se había producido un enrarecimiento ambiental, en cuanto a decencia, señorío, corrección, credibilidad: esas virtudes y otras más fueron depreciadas hasta niveles bajísimos por cuenta de esos “nuevos trabajadores” a quienes, al parecer, no les importaba nada que no fuera un objetivo concreto: dañar, desinformar, tergiversar sin compasión. Los ciudadanos común y corrientes estábamos expuestos a lo que a ellos se les ocurriera colgar en sus muros o páginas sin nada de seriedad ni respeto a nada: objetivo, ganar una elección. El tema de bodegas alquiladas, repletas de tecnología manejada para esa finalidad no es cuento: así ocurrió. Quedan varias preguntas alrededor del tema, por ejemplo, ¿cuál es la preparación intelectual, la rigurosidad de las fuentes en las que basaron esas publicaciones? Obviamente salta a la vista: prácticamente es nula. Y las consecuencias son claras: un gobierno muy emproblemado, sin rumbo, con obsesivas propuestas, mal elaboradas, con muchos funcionarios “amigos” y miles de compatriotas preparados y muy capaces, arrinconados. Eso no es ganar, eso es imponerse a través del daño y el engaño, lo cual perfectamente puede asimilarse a una estafa. Considerarse triunfadores de esa manera es solo una demostración mas de que a ellos, los “influencers” con el trabajito que en mucho se asemeja a una forma de sicariato moral en donde la víctima es la patria ¡que irresponsabilidad tan gigantesca! Ahora, con los nuevos eventos en los que tristemente tenemos que vivir a una familia presidencial enfrentada, atacándose entre ellos mismos, vuelven a aparecer esos individuos, obviamente pagados, para retornar al ruedo solo para intentar formar cortinas de humo que contaminan más todavía ¿Quién es el que necesita ganar con eso? ¿Quién es el capitán de esta nave que está definitivamente en emergencia? Digan lo que digan, es evidente que la situación del país está muy deteriorada en comparación a hace un año. Quieren mostrar estadísticas y números, pero la realidad es percibida de manera muy distinta: caótica. La seguridad en ciudades y carreteras, los asesinatos de policías y soldados, los atracos en cualquier modalidad, en cualquier carretera, negocio, calle de la patria están disparados ¿quién es el capitán? Una de las funciones del primer designado es garantizar la vida, honra y bienes de los ciudadanos ¿se cumple? Hay muchos elementos en el comportamiento del capitán, que dejan mucho que desear, como su incumplimiento, su impuntualidad, sus discursos muy hábiles, populacheros y alimentados de una ambivalencia miedosa: la paz que es guerra, la potencia de la vida que es muerte, la preservación del ambiente, que es solo argumentación para liquidar a las grandes empresas. Colombia no merece tener un gobierno así. Escándalos de toda clase, mañas para lograr impunidad, anarquía. El jefe así lo quiere. El capitán lo permite. ¿traición a la patria? [email protected]

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