Jaime Lopera Gutiérrez
En la valiosa vida parlamentaria de Iván López Botero se destacan sus debates contra la paridad y la alternación de los partidos políticos en el poder que conformaban el núcleo del Frente Nacional, controversia que significó el reforzamiento de la política liberal progresista y democrática. Fue muy transcendental su debate sobre la política comercial de la Federación Nacional de Cafeteros y el manejo del Fondo Nacional del Café[1]. Mas adelante se ocupó del tema de la separación de poderes entre la Iglesia Católica y el Estado colombiano, debate que combinó con sus posiciones respecto al divorcio vincular o la suspensión definitiva de los efectos civiles en el matrimonio católico.
En sus antecedentes como legislador, Iván de igual modo propició y defendió un proyecto de ley que permitiera la suspensión terapéutica del embarazo para ciertas situaciones (con el propósito de evitar las muertes de niñas en embarazo que recurrían a personas inexpertas e inescrupulosas, en sitios secretos e ilegales instalados en garajes sin la debida higiene). Este proyecto de ley tocó uno de los temas prohibidos del pueblo colombiano y por ello tuvo la oposición recia de la Iglesia católica y, aunque no fue posible su aprobación; de todas maneras, quedó sembrada una inquietud que, posteriormente, ha tenido otras derivaciones desde entonces. En 1965 asumió la defensa de la creación del Departamento del Quindío y fue decisiva su intervención en ella, como lo declararon Hernán Palacio Jaramillo, quien era el alcalde de Armenia en esa época y Jesús Arango Cano, Presidente de la Junta Pro-Departamento del Quindío.
Recién se cumplen cerca de 45 años desde la presentación del proyecto sobre el aborto: corría el año de 1975 cuando el senador Iván radicó un proyecto de ley para despenalizar parcialmente el aborto. En dicho documento se planteaba la interrupción del embarazo de manera quirúrgica cuando se pusiera en riesgo la salud de la madre o se tuviera sustento científico de que el bebé tuviera una enfermedad o lesión genética incurable. Nada iguala la oportunidad de dicho debate en aquel entonces y las consecuencias futuras que habían de ser guías en las sucesivas discusiones al respecto.
En cierto momento el senador caldense, a quien por aquel tiempo yo le ayudaba en sus trabajos parlamentarios, recibió la recomendación del doctor López Michelsen, jefe de nuestro MRL, para adelantar un proyecto de ley sobre desarrollo regional que combinara las experiencias de la Misión Lilienthal y los logros de la Tennessee Valley Corp. de E.E.U.U., uno de cuyos folletos informativos en inglés le entregó López al senador para que se ilustrara un poco en torno a esa iniciativa. Al día siguiente Iván López me invitó al Cream Helado de Bogotá situado en la avenida Caracas con calle 30, muy cerca de su casa, y allí me pidió el favor de que buscara información para hacer el proyecto de ley y una ponencia razonable que lo respaldara y así se hizo.
En aquel entonces yo trabajaba free lance para el semanario El Observador de Jorge Child —este sí un economista de primera clase, graduado en el London School of Economics, donde también había estudiado el senador Víctor Renán Barco—, y ya andaba enardecido con la fiebre de los ensayos sobre el excedente económico que me alimentaban Estanislao Zuleta y Mario Arrubla en medio de las cervezas que nos tomábamos en el café Los Cardenales de Bogotá. Por su experiencia Child me decía que nadie podía entender a Marx sin unos conocimientos aun livianos de economía y, como yo estaba leyendo con furor a Paul A. Baran y Paul W. Sweezy (estos últimos dos importantes economistas norteamericanos de la revista New Left Review), me entusiasmé con la idea de hacer un ensayo en torno a esos temas. En medio de esas búsquedas había encontrado la ley de creación de la Corporación del Valle del Cauca, CVC, cuyo modelo de redacción fue el origen para casi todas las corporaciones regionales que se hicieron después. Fue así como nació el proyecto de ley sobre la CRQ cuyos objetivos aún están en la memoria de sus ejecutores[2].
En alguna ocasión López Michelsen le expresó al abogado Benjamín Ardila, su biógrafo y amigo, que sus relaciones con Iván habían sufrido un deterioro indeseado porque le reconocía sus excelentes dotes como orador y ser el autor de los debates que el quindiano le hizo a la Federación de Cafeteros, su firme posición frente al divorcio y el aborto, y su especial debate contra la alternación que era el nudo principal de la política del MRL –posición doctrinaria con la cual llegó a ser reconocido este grupo durante la "milímetría" del presidente Valencia con dos cuotas ministeriales: el Ministerio de Minas en cabeza de Juan José Turbay y el frustrado Ministerio de Justicia que, por pequeñas razones, no le alcanzó a llegar a López Botero.
(Espere mañana la tercera entrega: "Iván López Botero, el primer político que enfrentó al cacique Ancízar López"
[1] Que diera origen a un libro, con Héctor Melo, llamado El Imperio Clandestino del Café, Editorial Latina, Bogotá, 1976.
[2] Cabe anotar que la ley de la CRQ fue aprobada dos años antes de Departamento, pero el primer Gobernador de esta sección del país decidió engavetarla para que el MR, una disidencia liberal, no le reclamara como cuota la Dirección Ejecutiva de dicho organismo.