Seguimos admirando a Jotamario Arbeláez, así lo hayan muerto

16 septiembre 2023 10:43 pm
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Por Manuel Tiberio Bermúdez

La agenda del 9º Festival Internacional de Literatura 2023 que se realiza en la Biblioteca Departamental del 13 al 17 de septiembre anunciaba a las 2 de la tarde en el segundo piso, en el Domo Museo: «Una mirada al nadaísmo, 65 años después. Homenaje a Jotamario Arbeláez y presentación de su libro “Mi reino por este mundo, los poemas de la vida”. Se les olvidó poner el programa que sería la moderadora de la charla, Aura Lucía Mera, su amiga, escritora y periodista caleña, quien fuera directora del Instituto Colombiano de Cultura, y de quien ella señala: “Jota es un amigo incondicional, generoso de alma, siento que siempre podría confiar en una persona como él”

Jotamario es de los escritores que atraen publico a donde quiera que se anuncie su presencia. Es de los llamados «taquilleros» y por eso el salón pronto se vio colmado de quienes son sus amigos, o sus lectores.

Es el poeta que rompió los esquemas tradicionales de la poesía y por eso todos los premios han sido suyos. Su poesía parece crónica de sus vivencias convertidas en poemas: contienen sarcasmo, humor y emociones intensas para lector o para el oyente.

La charla comenzó al estilo Jotamario. Aura Lucia dijo al público que el poeta había escrito “una cosita” en la mañana y que él mismo quería leerla como introducción a la charla.

El poeta tomó el micrófono, aclaro su garganta con un sorbo que tomó de un vaso que tenía en la mesa y anunció: esto se llama: De Bulevar en Bulevar.

«Soy invitado, a través de Aura Lucía Mera, al festival Oiga, Mire, Lea, quien hará un homenaje y presentará mi libro: “Mi reino por este mundo” edición del Fondo de Cultura Económica.

Se dice que la mayoría de los homenajes se tributan cuando ya el héroe ha caído. Pero conmigo lo han hecho en forma exagerada, merecida o inmerecida, tanto vivo como cuando estuve muerto por cinco horas dada una falsa noticia. A lo mejor cuando muera de verdad, lo que se venga sea borrarme del mapa, como creo que ya se está tramitando.

Anoche, mi anfitrión estrella, Leonardo Medina, me invitó a la presentación, en la Universidad del Valle, del concierto de Ajazzgo 2023, que ha mantenido vivo Diego Pombo, contrarrestando las condenas presupuestales con el lema “gallo fino no se rinde”. Impactante la presentación del maestro Ernán Lopeznussa con su grupo Havanna a la gran manera.

En medio del concierto, con aire de ultratumba, que dijo ser fanático mío, me ofreció un joven un poco de cannabis, pero le contesté con mi frase manida de que: “fumé marihuana, hasta que me supo a cacho”. Entonces me dijo que, si prefería algo de perica, a lo que le contesté que ni de “los palotes” porque no quería ver el mundo mejor de cómo lo estaba viendo. Me dijo entonces que lo que requería era un poco de MV, cuyo efecto viviría al otro día y me lo puso en la lengua; no podía pecar de pacato.

Muy bien bañado y afeitado y bien locionado, llego en un taxi, que no me cobra, al Hotel Boulevard del Río, y me alojan en la misma suite donde estuve hace un año cuando dejé una peineta al lado del cajero del guardarropa, que encontré intacta. Voy con el milloncito en efectivo que me pagaron por participar en el festival anterior de poesía de la ciudad y lo pongo en la mesa de noche.

El hotel esta en frente de Bellas Artes a cuya puerta encontré una noche de 1961; hace 62 años, ¡cómo olvidarla!, a esa modelito de Bellas Artes, que sabía hacer lo propio sin ropas, pero que, aún vestida, era una belleza digna de Malthus. Por consiguiente, me dije: “esta es la mía” y le piqué arrastre.

La historia completa con infeliz final después de un glorioso forcejeo de siete años, la vengo narrando a la manera de Miller en mi “Crucifixión rosada” y en “Nada es para siempre”, de modo que para qué la repito: busquen los libros.

Del hotel salía dar una caminata por la Avenida Colombia que ahora se denomina Bulevard del Río, y en una esquina hay una venta de licores cuyo aviso reza: Bulevard del Río, en el edificio que los caminantes identifican como el del Bulevard del Río. Compre un vino para sentarme en un escaño de en frente a ensoñarme.

De pronto, la puerta de antaño se fue abriendo con unos crujidos como de Hitchcock. Venía con el mismo traje del día que definitivamente rompimos debido a que descubrí que me estaba poniendo los cuernos, que por lo demás, me los había puesto todo el tiempo de nuestra convivencia. ¿O de qué creía yo que vivía? ¿De que la pintaran en bola? Ese día me recordó la frase con que Gonzalo Arango me introdujo en Bogotá: “Les presento a Jotamario, 20 años. No un poeta cualquiera sino el más joven gigoló de la poesía colombiana”. Y es que no sabía lo que quería decir la palabra gigoló.

Yo ahora con 82 y ella de 27, se me acercó y me dijo: “no cambias”. Claro que no cambio, para qué voy a cambiar. Estoy en el Hotel Boulevard del Río, acompáñame; y pronto llegamos.

Pero hubo el inconveniente de que no la dejaban acceder a la habitación. “No te preocupes —me dijo. —Sube tú.

Entré al baño del primer piso, oriné y subí.

Ya estaba sobre la cama como posando para un cuadro de Courbet. El reencuentro fue absolutamente sublime. Nos repetimos los polvoretes más escalofriantes de nuestra convivencia risueña. Más que vivir un sueño, era saberse tirando con un fantasma, por demás adorado.

Cuando pasó el efecto del Sildenafil, que tuve la precaución de ingerir en el orinal, ella se fue vistiendo a partir de la pantaleta y demás. Yo le expresé las gracias por semejante experiencia paranormal;

¿Cómo que gracias? —Murmuró ella. Y que cuento de paranormal.

¿Es que no me vas a pagar?

— ¿Cómo le voy a pagar a un espíritu por más que me haya dado? Eso no se ha visto ni en las películas.

— ¿Cómo que espíritu, maricón? No sabes lo que me costó sobornar al portero, al ascensorista y a la camarera. Y no sabes lo que me cuesta retornar al sitio en que vivo, que no es la covacha donde pernoctamos siete años y de donde salí para darte esta sorpresa que es una cortesía del MV que ingeriste gracias a la gentileza de mi actual amigo.

¡Quedé lelo! Dejé que se llevara el milloncito de la mesa de noche, que, para eso, en este evento me iba a ganar otro tanto. Pero eso sí, le dije que nunca más volviera y que le dijera a su actual amiguito que no me volviera a ofrecer de ese tal MV porque podría terminar llegando a casa sin un chimbo, como se decía antes». Los aplausos y la risa llenaron el recinto.

Como la narración de Jotamario se me llevó la mayoría del espacio que se me permite para publicar en los medios para los que escribo, no les contaré lo que nos dijo sobre su infancia y cómo se metió al nadaísmo, ni de su encuentro con Ernesto Cardenal, y lo que nos contó acerca de sus siete claudias.

La muerte de Jotamario

El 29 de diciembre de 2022, la noticia de que el poeta había fallecido hizo que los desinformadores medios de comunicación del país empezaron a dar las ya aburridas condolencias que se tiene preparadas para estos casos. La tristeza se coló por todos los rincones de la cultura nacional hasta que la esposa de Jotamario tuvo que salir a desmentir la falsa noticia. Jota en persona también salió a rectificar la información y de paso imagino a “pedir perdón por su deceso·. Menos mal que no pasó de ser una mala anécdota.

Lo que si voy a dejar como final de este artículo es que gracias a la generosidad de Gildardo Arango, quien está haciendo un trabajo con el poeta pude grabar y compartir con ustedes el pensar de Aura Lucia sobre Jotamario:

Le preguntó Gildardo a Aura Lucia cómo había recibido la noticia de la muerte de Jotamario a lo que ella respondió:

«Afortunadamente no veo noticieros por higiene mental. Yo vi el suceso como una crónica y lo llamé muerta de la risa. Y le dije: “vos sos más terco que Lázaro, a vos no te mata nadie”, pero para él debió ser una experiencia hasta divertida porque va a saber que le van a decir cuando muera realmente. Creo que no merece descansar en paz todavía porque él vive en paz».

Por su parte Jotamario sobre los homenajes que ha recibido señaló: «Maravilloso volver a Cali y recibir homenaje tras homenaje de esa ciudad en la que en uno se presentó como un iracundo, como decíamos, “nos volvimos antisociales mientras llegaba el socialismo” y sin embargo recibir el afecto a pesar de que han pasado muchos años, pero en esos años tampoco hemos bajado la carga de nuestra expresión.

Cosa linda, por ejemplo, recibir el llamado de una persona que ha pertenecido al índice de los afectos, como lo ha sido Aura Lucía Mera, y encontrarnos también en un lugar hermoso como esta Biblioteca Departamental donde hemos hecho tantas travesuras y saber que sirve para darle la vuelta a Colombia con el mismo entusiasmo y con el mismo libro; de modo, que no le puedo pedir más a la vida.

Sobre su dedicación a la poesía, que su vida demuestra que no fue un fracaso, le dijo el periodista Gildardo Arango «Eso es lo que más me entusiasma sembrarles a los niños. A pesar de que también cuando voy al colegio de Santa Librada, tampoco quiero sembrar la idea de que el éxito del triunfo es fracasar en el estudio, sino el hecho también, como una excepción, alguien que fracasa en los estudios y asume la poesía con pasión puede llegar a un triunfo que no lo lograría en ninguna otra profesión».

Siempre será grato escuchar a Jotamario Arbeláez contar sobre su vida, leer su poesía y saber que “resucitó” para gloria de la poesía nacional.

 

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