Iván Restrepo
Para todos los que vivimos en esta tierra de gracia los términos “arte urbano”, “arte callejero”, “grafiti” y otros similares ya son paisaje; todos ellos sirven para denominar una forma de expresión artística plasmada en espacios públicos, con o sin la anuencia de las autoridades locales. Las técnicas utilizadas van desde coloridos murales hasta esténciles y magníficas obras de arte en 3D. En la gran mayoría de las ocasiones esta expresión de arte se utiliza para tocas temas sociales, políticos, culturales o simplemente para darle un toque de belleza al entorno en donde queda plasmada la obra.
Creo que a ustedes, al igual que a mí, les llama la atención la proliferación del arte callejero que se puede ver en Bogotá comenzando por la calle 26, la cual, coincidencialmente, es prácticamente la puerta de entrada de los turistas y visitantes que llegan del resto del mundo. Más recientemente, los grafitis hacen de la capital un verdadero museo rodante haciendo de esta una de las ciudades más famosas en la escena mundial a este respecto. Estas expresiones se les identificaba en el pasado con inseguridad y desorden de todo tipo, pero ahora, menos mal, han dado pie a la creación de circuitos turísticos muy apetecidos por una masa de visitantes que busca en ellos una forma de conocer otra cara del destino visitado.
Hace cosa de 15 días acepté la grata invitación de mi amigo Marco Horacio García, amplio conocedor y tratadista de todo lo concerniente al arte local en nuestra región, incluidos otros municipios del Quindío, para hacer un recorrido por el arte callejero existente en el departamento. Marco Horacio se hizo acompañar de su hijo, otro “duro” en aves, pasión esta heredada de su padre. Los tres, en una hermosa tarde veraniega de este septiembre nos concentramos en los murales del CAM en Armenia y vayan ustedes a saber la magistral cátedra de Arte Callejero que recibí de parte de semejantes conocedores.
Voy a permitirme trasladar a ustedes, mis apreciados lectores, algunas palabras al cierre de este inolvidable tour (palabras de Marco Horacio):
“Luego del terremoto de 1999, algunas expresiones artísticas quizás un tanto tardías, han quedado plasmadas en murales y grafitis en Armenia y otros municipios. Destacan obras de Henry Villada y Juan Carlos Marmolejo, con sus equipos de artistas, así como también la quijotesca iniciativa de Laboratorio Lisérgico con su GraffitiTour. Existen murales con fuertes rasgos de nuestro entorno y cotidianidad: naturaleza y cultura que, a pesar de su riqueza estética, no han sido interpretados por el común de los habitantes de Armenia perdiéndose la oportunidad de aprendizaje, comprensión y perpetuación de rasgos de identidad.
Se suma a esto que por acción de los elementos y, por qué no decirlo, de comportamientos inadecuados de habitantes, algunas de estas obras evidencian deterioro que irremediablemente conducirán a la pérdida de un patrimonio de gran valor. Son obras que demandan la atención y compromiso de los gobiernos locales pues requieren mantenimiento y retoques. Para la muestra un botón: Mural del costado occidental del CAM Armenia, otrora esplendoroso, hoy en franco deterioro. Por lo pronto, existe un potencial de poner en valor turístico este patrimonio y brindar a nuestros visitantes y ciudadanos una opción de disfrute estético que no hemos sabido valorar”.
Ojalá quien salga elegido como alcalde de nuestra capital, y a su vez los otros alcaldes de los 11 municipios restantes, tengan a bien destinar una partida para la restauración y mantenimiento constante de estas obras de arte. A su vez insto a que se creen uno o varios circuitos de arte, como el bien llamado Grafiti Tour del colectivo Laboratorio Lisérgico, que bien puede convertirse en un producto cultural y turístico para nuestra región.
Imposible no felicitar a todos los organizadores de la Feria Internacional del Libro FILAQ 2023 y de la feria gastronómica Quindío Café y Sabor 2023. Como lo reza el argot callejero: La sacaron del estadio. Eventos como estos son los que necesitamos llevar a cabo; ojalá se inventen más para el disfrute de quienes acá vivimos y de quienes nos visiten; hay que procurar que se hagan en otros municipios también, siempre y cuando no sean aquellos que siempre se saturan de visitantes. Es una sencilla forma de redistribuir los turistas y “pasadiantes” que nos visitan.
Escuchado de boca de nuestro ilustre doctor Alberto Gómez Mejía, director del Jardín Botánico del Quindío: “Procuremos, cuando hagamos alusión a la Cordillera del Quindío, –esa que vemos 360° desde cualquier punto de nuestra región—llamarla: “ANDES DE QUINDÍO”
Abran este enlace a un magnifico artículo del doctor Alberto Gómez y vean porque se la debe de llamar así, no es DEL QUINDÍO, es DE QUINDÍO:
https://jardinbotanicoquindio.org/a-recuperar-el-nombre-de-andes-de-quindio-para-la-cordillera/
Hasta la próxima,