Aldemar Giraldo Hoyos
La última semana ha estado muy movida, todo gracias a los ataques provocados por Álvaro Uribe Vélez al verse entre la espada y la pared con un tema de vieja data: los falsos positivos; se ha mostrado demasiado agresivo y lengüisuelto; niega toda responsabilidad y hace caso omiso de las confesiones de altos oficiales, en las cuales afirman que actuaron como líderes de una organización criminal.
Al mirar el almanaque, 6.402 personas aparecieron muertas, catalogadas como falsos positivos, presentadas ilegítimamente por el Estado como bajas en combate entre 2002 y 2008; quien gobernaba a Colombia en este período de tiempo era Álvaro Uribe Vélez (Presidente y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas); “tuvo mando efectivo y Uribe tuvo siempre un control claro sobre la Fuerza Pública” (Uprimmy: 2023, El Espectador); estoy de acuerdo con este famoso jurista en que “es clara su responsabilidad moral y política”; se ha demostrado y reconocido este patrón criminal común, consecuencia de una política de doble filo: premiar las bajas, por encima de todo; los líderes de semejante atrocidad fueron militares activos (oficiales y suboficiales); imposible que el Jefe Supremo de las Fuerzas Militares desconociese los hechos; se hizo el de la oreja mocha y sólo hoy viene a decir: “Qué falta al honor militar asesinar para simular cumplir el deber”; esta declaración fue precedida por otra:” En el pasado muchos responsables de falsos positivos fueron a la cárcel, pero nunca reconocieron el delito hasta ahora que tienen el incentivo de la libertad que les ofrece la JEP”. Tratando de desprestigiar a la JEP, agregó: “El diseño de la JEP estimula, en aras de la libertad, a reconocer, incluso, delitos no cometidos”. Graves afirmaciones que dejan mal parado a don Álvaro, quien es seguidor de la máxima guerrera de momentos ya superados: “La mejor defensa es el ataque”.
Mi respaldo total al movimiento “Defendamos la Paz” al rechazar los señalamientos proferidos en redes por el expresidente Álvaro Uribe, contra el abogado Rodrigo Uprimmy Yepes, docente, investigador, jurista de las más altas cualidades humanas y profesionales y defensor de los derechos humanos; ser expresidente no da derecho a “incurrir en falsedades que ponen en riesgo a un ciudadano ejemplar”. Ya es hora de que alguna autoridad le ponga el “TATEQUIETO” a este expresidente que no se resiste a soltar la silla presidencial o a maltratar los peones de su finca Colombia. Espero que los Furibistas no busquen al responsable de los falsos positivos en el gobierno de izquierda. Como decía mi abuela: “Blanco es, gallina lo pone y frito se come”.