- El trabajo articulado entre la Gobernación del Quindío y el ministerio de Educación permitieron la construcción de dos colegios nuevos.
- Con la cartera nacional y la Universidad del Quindío, la administración departamental entregó un nuevo bloque en el alma máter.
- Para el gobierno seccional, la infraestructura educativa es esencial para fortalecer la competitividad de la población.
Para alcanzar altos estándares de competitividad en el departamento, es necesario formar un capital humano con las competencias exigidas por el mundo actual. Pero nada sería posible sin ambientes de aprendizaje óptimos en los que se eduquen las nuevas generaciones.
En el camino por contribuir a este propósito, el gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas trabajó de la mano con el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa – FFIE (entidad adscrita al ministerio de Educación) para la construcción de unas nuevas instalaciones que alberguen la comunidad educativa de la Institución Educativa Liceo Quindío, en Salento. El nuevo edificio llegó a cubrir las necesidades de 560 estudiantes, ampliando la oferta con más salones y baterías sanitarias, laboratorios, espacios deportivos, un área de bilingüismo, restaurante, cocina equipada, zona de sistemas, oficinas administrativas y mobiliario nuevo, con una inversión superior a los 7.300 millones de pesos.
De manera similar, se ejecutó la construcción de las nuevas instalaciones para el Liceo Andino de la Santísima Trinidad, ubicado en Filandia y que atiende a una población escolar de 630 niños, niñas y jóvenes. La sede añade 19 aulas al total, y cuenta además con una biblioteca, aula de bilingüismo, laboratorio integrado, aula de tecnología, comedor y cocina, zona administrativa, más baterías sanitarias y mobiliario nuevo, en un proyecto planteado inicialmente por 8.110 millones y que, con una adición necesaria para la demolición de unas estructuras que no cumplían con las normas técnicas de sismorresistencia, ascendió a $8.636 millones.
Desde su punto de vista como personero y estudiante del Liceo Quindío, Samuel Daza expresó: “Antes estábamos en un lugar donde los derechos a la educación se estaban viendo muy vulnerados, porque la anterior sede era muy pequeña y éramos muchos estudiantes en un espacio muy pequeño. Ahora tenemos un poco más de espacio, los salones son más grandes, la tecnología que implementaron es mejor, los baños son mejores”.
Pero, la intervención del departamento en infraestructura educativa no se limitó a la básica y la media, y reconociendo la importancia de contar con espacios idóneos para la educación superior, se sumaron recursos de la Gobernación a través del Sistema General de Regalías, el ministerio de Educación y la Universidad del Quindío, para conformar una bolsa de más de 13.000 millones de pesos con los que se construyó el nuevo bloque de Ciencias Agroindustriales de la Universidad del Quindío. La inversión se tradujo en un área de 3.399,7 m2 que comprende 6 plantas agroindustriales modernas, tres laboratorios, un auditorio, una sala de profesores y una de administrativos, además de los espacios académicos propios para las clases de programas como Zootecnia, Ingeniería de Alimentos e Ingeniería Agronómica.
“El departamento tiene afincada su historia, tanto en la educación como en los temas agroindustriales, y cada vez mejoramos más nuestra competitividad como región en ambos campos”, señaló en la entrega del bloque, Jaramillo Cárdenas, “Este edificio se suma a la sede de la universidad ubicada en la Granja Bengala, desde donde esperamos seguir prestando una formación competitiva y que responda a las necesidades del territorio”.
Para Ana Carolina Quijano, viceministra de Educación Superior al momento de la entrega, “esta obra que nos presentan el Gobernador y el rector, es un ejemplo de cómo hacer un ejercicio de construcción activa que beneficia a las instituciones y que suma a una de las estrategias del gobierno nacional, de apostarle a aumentar la cobertura a 500.000 cupos en el país, para que la tasa nacional pase del 54% al 60% aproximadamente”. Sin duda, un trabajo interinstitucional en el que se construye futuro ladrillo a ladrillo.