Siete de cada diez niños colombianos son víctimas de bullying, ¿qué hacer ante esta situación?

2 marzo 2024 11:02 pm

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El bullying, en sus formas tradicional y digital, continúa siendo una preocupación creciente en los ámbitos de la salud, la sociedad y la educación. Las estadísticas son reveladoras: cada año, más de 200.000 vidas se pierden a causa de este flagelo, ya sea por homicidios directos o por la inducción al suicidio.

Natalia Turriago, docente de Psicología del Politécnico Grancolombiano, explica que el bullying «se trata de un comportamiento de acciones negativas dirigidas hacia una persona específica. El propósito de estos comportamientos es intimidar o causar daño, especialmente a nivel emocional, físico o social. Este comportamiento suele estar asociado con un desequilibrio de poder, donde el agresor tiene ventaja sobre la persona intimidada».

En el ámbito global, Colombia resalta como uno de los países con un marcado incremento en los casos de bullying. Según el informe más reciente de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, desde enero de 2022 hasta abril de 2023, el país no ha experimentado mejoras significativas en esta problemática. Con un total de 41.500 casos registrados, Colombia se sitúa en el noveno lugar entre los países con mayor incidencia de bullying.

Este dato revela una realidad impactante: siete de cada diez estudiantes colombianos son víctimas de este acoso, lo que significa que al menos el 32 % de los alumnos de colegio han experimentado algún tipo de maltrato, especialmente en la etapa de los 15 años. El informe también detalla que el 15,9 % de los estudiantes manifestó haber experimentado estigmatizaciones en actividades grupales, el 18,1 % reportó burlas y el 11,2 % indicó haber sido golpeados o empujados por otros estudiantes.

¿Cómo identificar y acompañar a un niño si está siendo víctima de bullying?

La psicóloga y docente, Natalia Turriago, esclarece que el bullying implica a tres actores principales: el acosador, el acosado y los espectadores, manifestándose en episodios de violencia y comportamientos sistemáticos como agresión, ridiculización, difamación, coacción, aislamiento y otras prácticas.

Respecto a los signos de alerta, la psicóloga explica que son diversos y pueden manifestarse de manera variada. Entre los indicadores comunes están: cambios repentinos en el comportamiento del niño, disminución en su rendimiento académico, falta de interés por asistir a entornos escolares o educativos, regresar del colegio a casa sin pertenencias, problemas de salud sin explicación médica aparente, cambios en el patrón de sueño, aislamiento social y la expresión de sentimientos o sensaciones de temor.

Cuando los padres identifican que sus hijos son víctimas de bullying, es crucial tomar medidas rápidas y efectivas, involucrando a los docentes y directivos de la institución educativa. Abrir un diálogo con los hijos es fundamental para comprender su experiencia y fomentar un ambiente de apoyo en casa, fortaleciendo los vínculos afectivos y asegurando que no se sientan solos. En casos de impacto significativo en la salud mental y física de los hijos, es importante buscar asesoramiento profesional.

Además, es esencial educar a los niños sobre cómo reconocer situaciones potencialmente violentas, no solo para ellos mismos, sino también para los demás. Con demasiada frecuencia, ciertos comentarios, acciones o comportamientos perjudiciales se normalizan en entornos escolares. Por lo tanto, capacitar a los niños les permite reconocer si ellos, sus compañeros o amigos están siendo agredidos y, lo que es igualmente importante, informar de inmediato a un adulto responsable o a un docente para que pueda intervenir oportunamente y manejar la situación.

Es fundamental recordar que a nivel nacional existe una línea específica para reportar casos de acoso escolar, la línea 141 del ICFB (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), y también se puede contactar a través del correo electrónico [email protected], brindando orientación adecuada y apoyo para abordar eficazmente situaciones de bullying.

El rol de las instituciones educativas

La docente del Politécnico Grancolombiano enfatiza que las instituciones educativas tienen la responsabilidad no solo de identificar casos de bullying, sino también de implementar protocolos que aseguren una atención rápida y efectiva ante estas situaciones. En este sentido, destaca la importancia de establecer las siguientes medidas para abordar y prevenir el acoso escolar, con el objetivo de promover un ambiente seguro y saludable para todos los estudiantes:

  • Es fundamental realizar una investigación exhaustiva del caso, recopilando suficiente información. Es crucial abrir canales de comunicación amplios con los niños, niñas, adolescentes y sus familias. Esta acción proporciona un panorama completo de lo que está ocurriendo y permite entender mejor la situación.
  • Tomar medidas inmediatas para detener cualquier situación de vulnerabilidad o acoso que esté ocurriendo en la institución educativa. Estas medidas deben ser eficaces y decisivas, garantizando la seguridad y el bienestar de todos los estudiantes involucrados.
  • Establecer una comunicación estrecha y efectiva entre la institución educativa y los padres de familia o cuidadores. Esto garantiza que todas las partes estén involucradas en la atención y el abordaje del caso. La colaboración entre la escuela y la familia es esencial para brindar un apoyo integral a los estudiantes afectados y para trabajar en conjunto en la prevención de futuros incidentes.
  • Las instituciones deben establecer consecuencias claras a nivel disciplinario, en línea con las políticas escolares o institucionales específicas de cada plantel, para garantizar su aplicación efectiva. Esto proporciona un marco de actuación ante situaciones de bullying, promoviendo un ambiente escolar seguro y respetuoso.
  • Es esencial que las instituciones faciliten y brinden apoyo emocional, psicológico y psicosocial tanto a la víctima como al agresor, reconociendo que ambas partes tienen derecho a recibir ayuda. Esta atención integral busca abordar no solo las consecuencias inmediatas del acoso, sino también identificar posibles situaciones subyacentes que pueden contribuir al comportamiento agresivo.
  • Implementar medidas preventivas para evitar futuros incidentes de bullying en las instituciones educativas. Este esfuerzo debe realizarse en colaboración con los orientadores escolares, clave en la identificación y abordaje de situaciones de acoso. El objetivo es mitigar el riesgo de violación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

«Esta problemática afecta a niños, niñas y adolescentes a nivel mundial, planteando un desafío significativo para la sociedad actual. La gravedad de la situación resalta la necesidad urgente de una reflexión cuidadosa y la adopción de medidas concretas para proteger la integridad y el bienestar de las futuras generaciones», concluyó la experta.

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