Armenia presencia este fin de semana una polémica sobre la aprobación o no este domingo del proyecto de acuerdo por medio del cual se le otorgan facultades al alcalde para contratar, por concesión, un sistema para la prestación de los servicios de tránsito en la capital del Quindío.
Los intereses que hay detrás de este proyecto han hecho surgir muchas mentiras, inventos, casi que fantasías por parte de aquellos que tienen el interés de que no los controlen, que les dejen la ciudad al libre albedrío.
La primera mentira, el primer invento, la primera fantasía es decirle a la gente que se va a privatizar la Secretaría de Tránsito o los servicios de tránsito que presta esta entidad. Eso no es cierto. Una privatización es que un privado, natural o jurídico asuma las funciones. Y eso no pasa aquí. Eso sucedió en el gobierno de Mario Londoño, y a la ciudad le fue mal, porque ese privado no tenía capacidad técnica y tenía un absoluto interés personal.
La concesión actual, la de hoy, se hará con una entidad del Estado, que tiene como socios principales a las dos más poderosa empresas del gobierno: Interconexión Eléctrica S.A., y Ecopetrol. Es decir, es una concesión de una empresa estatal, municipio de Armenia, a una empresa estatal, compuesta accionariamente por Interconexión Eléctrica y Ecopetrol, entre otras.
Pero, además, privatizar es dejar en un todo el servicio en manos de un privado. Y en este caso, se concede el permiso a una empresa estatal para que gerencia un servicio, pero no se pierde ni la autonomía ni la gestión, ni la administración de SETTA.
También dicen que el negocio que se va a hacer es desventajoso para Armenia. Eso no es cierto. En los 15 años de la concesión, el estudio financiero habla de ingresos por $714.000 millones de pesos, de los cuales, el 55% irán a la tesorería de SETTA, al municipio, esto es $398.000 millones, que deben vigilarse en su inversión, ojalá en mejoramiento de las vías y la señalización.
El concesionario recibirá $316.000 millones de pesos, con los cuales debe hacer inversiones y reinversiones en el equipamiento para la movilidad, toda la infraestructura física tecnológica, por un valor de $34.000 millones. Y tendrá que invertir $208.000 millones en los gastos operativos de esos 15 años, es decir, todo el funcionamiento que incluye salarios a empleados y funcionarios, como gastos de vehículos y demás.
De verdad, Armenia sola, sin ayuda de estas entidades del Estado, no tiene capacidad para hacer un control efectivo de la movilidad. Nos tendremos que quedar en la prehistoria de las infracciones, los vehículos circulando sin SOAT, ni tecno-mecánica, los conductores sin licencias, y lo peor, la corrupción de muchos agentes de tránsito.
Las infracciones que van a detectar las cámaras son las siguientes: SOAT vencido, revisión técnico mecánica vencida, cruce del semáforo en rojo, estacionamiento en lugares no permitidos, control de pico y placa. ¿Quién le teme a esto? Pues quienes evaden la ley, quienes evaden las normas, quienes quieren una ciudad sin orden, en el caos en que andamos hoy en día. No va a haber control de velocidad, como sucede con las cámaras que hay por fuera de las ciudades.
Una cosa muy importante es que el Centro de Gestión de Movilidad que se va a crear, tendrá información en tiempo real, es decir, en vivo y en directo, de lo que pasa en las vías de la ciudad, incluyendo los temas de inseguridad. Ese centro se conectará con las cámaras de la Policía para detectar con rapidez no solo a los infractores de tránsito, sino a aquellos que cometan delitos, sicariato, fleteo, o robos, y también accidentes de tránsito y que pretenden escaparse, y que se podrán seguir para su captura con mayor facilidad.
Va a detectar todos aquellos que tienen placas borrosas, o que la tienen escondida, o alterada, o que no están en el RUNT; como también el transporte informal. Estamos hablando de poner orden, autoridad, en un tema tan complicado como el tránsito y la movilidad. Y lo que nos parece mejor, que los guardas de tránsito ya no podrán pedir ‘la tajadita’ para perdonar una infracción, es decir, el conductor tendrá, obligatoriamente que dejar de corromper al agente de tránsito, y este no podrá corromperse, al menos de esta manera. Y decimos de esta manera porque las multas de la fotodetección, tendrán que ser revisadas por un grupo de agentes de tránsito antes de ser enviadas al destinatario.
Otra mentira que ha circulado es que no hay interventoría. Lo cierto es que con el contrato de concesión se contrata también la interventoría técnica, legal y financiera. Y, además, el dinero recaudado va a una Fiduciaria, desde donde se hacen las liquidaciones para el pago del servicio al concesionario, por una parte, y los recursos que le corresponden al municipio, por otra.
Muchos ciudadanos se han quejado en los últimos años por falta de autoridad, por falta de control de tránsito, porque las calles son parqueaderos públicos, porque vemos cómo se violan los semáforos sin ton ni son, porque un choque de latas paraliza el tránsito por momentos interminables, por el transporte informal, por la demora en los trámites de tránsito, como gestionar la licencia, en fin, quejas y más quejas.
Y, ahora que se le presenta una solución a la ciudad a estos problemas, los enemigos del alcalde, o de la ciudad, salen a distorsionar todo el proyecto, unos con intereses políticos con miras a las próximas elecciones, otros, con intereses de barahúnda, de seguir en el desorden y en el caos, como el mejor modus vivendi.
Este es, con seguridad, un momento clave para Armenia. Este modelo ya está en Medellín, Itaguí, Envigado, Rionegro y Manizales, funcionando con éxito y operado por la misma empresa a quien se le quiere dar la concesión en Armenia. Hemos escuchado a muchos quindianos decir: ‘Venga de Manizales, qué ejemplo de Ciudad’. Parte de ese ejemplo ha sido poder controlar la movilidad. La gente aprende y toma conciencia, muchas veces, con medidas represivas, como las multas bien dirigidas.
No nos quedemos en las cavernas de la prehistoria del tránsito en Colombia, avancemos. Los ciudadanos que estamos al día con las normas, que pagamos el SOAT y la Tecno-mecánica, que tenemos en regla nuestra licencia, que respetamos los semáforos, que utilizamos los parqueaderos para no dejar el carro en las calles, no tenemos porque sufrir temores por este proceso de modernización del control de la movilidad en Armenia.