Ver y oír con las manos: interpretar el mundo desde la diversidad

11 marzo 2024 11:55 pm

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Por: Nathalia Baena Giraldo

El acceso a la información y a la comunicación es un derecho del que todos debemos gozar, y más aún cuando el desarrollo integral se forma, en gran parte, dentro de una institución educativa. Es por eso que la Universidad del Quindío está pisando fuerte en generar espacios de inclusión, no sólo a través de cursos y capacitaciones, sino también desde el personal de intérpretes y guías lectores que brinda a quienes lo necesitan

Desde el área de Desarrollo Humano y Salud Integral, vinculada a Bienestar Institucional, se busca sensibilizar a toda la comunidad uniquindiana en torno a la discapacidad visual y auditiva. Al respecto, Jessica Lorena Florez Marín, coordinadora del área respectiva, señaló la importancia que tienen estos cursos “para que seamos más conscientes de que hay personas diversas en el campus y que sí podemos construir una comunidad inclusiva, con espacios de empatía, apoyo y acompañamiento”.

Ver con las manos

En ese sentido, este semestre se dio inicio al curso de braille, el cual está a cargo de Cristian Camilo Orozco Escárraga, graduado del programa de Comunicación Social – Periodismo. Orozco, que llevaba casi ocho años capacitando a personas ciegas sobre el sistema de audio en los computadores, comentó que con este curso “todo es diferente, pues la mayoría de los estudiantes no tiene discapacidad visual y las dinámicas son distintas, preguntan, se interesan bastante, lo que lo hace más chévere”.

El sistema braille está compuesto por 6 puntos, ubicados de derecha a izquierda en la pizarra: tres a la izquierda y tres a la derecha. A través de este sistema se transforma en puntos los dibujos que los videntes hacen con las letras. Se escribe de derecha a izquierda, se saca la hoja, se voltea, y se lee de izquierda a derecha con las letras al revés. En este curso, que es un nivel básico, se trabaja desde un contexto histórico del sistema hasta las letras, los números, los signos y sus combinaciones, de manera que, al final, los estudiantes puedan estar en la capacidad de escribir un texto de media hoja y leerlo en voz alta.

Laura Ximena Rodríguez es estudiante de sexto semestre del programa de Licenciatura en Lenguas Modernas y del curso de braille. Al inicio pensó que sería más difícil entender el sistema, pero ahora lo comprende y le gusta: “en el pregrado siempre buscamos nuevas formas de comunicación, y como este semestre no alcancé cupo en el curso de lengua de señas, vi el de braille abierto y me metí”.

La inclusión como acción

Otro de los caminos por los que transita la Universidad del Quindío hacia la inclusión es el acompañamiento a personas con discapacidad visual y auditiva a través de intérpretes y guías lectores. 

Josué Manosalva Montes, intérprete de lengua de señas colombiana, lleva ocho años de la Uniquindío trabajando en los distintos programas de pregrado y posgrado de la institución. Su trabajo consiste en mediar la comunicación entre dos comunidades que son diferentes y que habitan en el mismo espacio: la comunidad sorda y el resto de la sociedad oyente.

“Transmitimos mensajes de español a la lengua de señas colombiana, y viceversa. Como son dos gramáticas completamente diferentes, el proceso de traducción es interesante cuando se tiene en cuenta lo cultural, la identidad y el lenguaje en sí”, comentó Manosalva Montes.

La Uniquindío actualmente tiene 13 estudiantes con discapacidad auditiva activos y aproximadamente 5 con discapacidad visual. Para que ambas comunidades puedan desarrollar con normalidad sus actividades académicas, nuestra alma mater cuenta con 9 intérpretes y guías lectores que trabajan como puente de comunicación.

Catalina Largo Rotavista, intérprete de lengua de señas colombiana, lleva alrededor de dos semestres acompañando a un estudiante del programa de Comunicación Social – Periodismo que tiene dificultad auditiva. Ella está en cada una de sus clases y realiza con él dos estrategias: copia todo lo que en clase se menciona, lo transcribe en un documento Word, y luego lo graba en video en lengua de señas. Ambos materiales los sube a drive y se los comparte al estudiante.

Su sueño, concluye Largo Rotavista, es que el estudiante se gradúe no sólo siendo un profesional en Comunicación Social, sino también siendo un usuario de lengua de señas colombiana con la fortaleza suficiente para impactar, de manera positiva, a la sociedad y al mundo.

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