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Columnistas  |  02 mayo de 2024  |  12:00 AM |  Escrito por: Álvaro Ayala Tamayo

Mujeres, salario y fútbol.

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Álvaro Ayala Tamayo

Álvaro Ayala Tamayo

Durante la última década ha surgido para bien la práctica del fútbol femenino. El mundo ha visto cómo las mujeres han recortado la distancia frente a los hombres, a la hora de practicar con éxito tal disciplina deportiva. Esa fiebre por el balón también contagió a nuestro país, al punto del nacimiento de una liga competitiva y la oportunidad de exportar jugadoras a países suramericanos y europeos.

A medida que va madurando el profesionalismo femenino, también es hora de elevar las exigencias a los dirigentes.  Tal situación deben aprovecharla las mujeres para hacer sus reclamos en materia de seguridad social y salarial. Con tristeza nos han informado que muchas jugadoras apenas reciben como pago el salario mínimo autorizado por la ley. Ahí los dirigentes han cometido una falta grave, que da para penalti, expulsión e indemnización. También aplica la frase que todo lo legal no es correcto.

No es lo mismo pagar el salario mínimo legal en una profesión u oficio que se puede practicar hasta los 57 años, mientras que en el fútbol la vida útil es hasta los 35 años. Eso cuando hay la suerte de no sufrir lesiones o tener genética para aguantar hasta esa edad.

La vida de las deportistas es de las más sacrificadas porque desde niñas se tienen que dedicar a prepararse para la alta competencia. Incluso, en la mayoría de ocasiones hay que abandonar el colegio o la universidad para estar consagradas las 24 horas del día.  

También durante la adolescencia y la juventud es cuando los seres humanos, en general, disfrutan del esparcimiento. Esa licencia no se puede ejercer al tratarse de deportistas.

Es hora que el gobierno nacional reglamente mediante una ley, el salario mínimo legal de las futbolistas colombianas. También la agremiación de futbolistas profesionales debería arroparlas y protegerlas en ese sentido.

En EEUU y Europa a los equipos de béisbol, baloncesto, fútbol, etc., los obligan a pagar salarios más elevados para compensar el retiro forzoso a tan temprana edad. Muchos clubes, mutuo proprio, fijan los topes muy por encima de la ley, porque son conscientes de la corta edad productiva de sus deportistas.

En Colombia debe ser igual. El salario mínimo para las futbolistas es necesario fijarlo en el triple del legal vigente. Con derecho a prestaciones sociales y un seguro cuando haya retiro forzoso por lesión o enfermedad.

No estamos en contra de los estratosféricos sueldos de los deportistas hombres. Ojalá todos ganaran mucho. Pero también todas. Lo inadmisible es la diferencia entre los emolumentos femeninos y masculinos. Son de escándalo las desproporciones.

Hace apenas dos semanas el presidente de EEUU, Joe Biden, denunció que la superestrella del baloncesto universitario, Caitlin Clark, recibirá como sueldo el 0,7 por ciento del firmado al masculino, al momento de ingresar al profesionalismo. Triples dobles.

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