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Cultura  |  20 marzo de 2024  |  12:33 AM |  Escrito por: Administrador web

Muere Eduardo Escobar, cofundador del Nadaísmo, lo recordamos con tres de sus poemas

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Foto: Camilo Rozo

El poeta y periodista antioqueño, Eduardo Escobar, murió este lunes a los 80 años de edad, luego de padecer por varios meses cáncer de pulmón. Es recordado por ser uno de los confundadores del movimiento Nadaísta, que durante los años 60 recolucionó la literatura y la poesía colombiana, pero también destacó por sus postulados filosóficos, su manifiesto e irreverencia bajo el liderazgo de Gonzalo Arango, Amílcar Osorio y Alberto Escobar Ángel..

Eduardo Escobar había cumplido en diciembre pasado, 80 años de edad, y según se dio a conocer por parte de su familia, pasaba sus días acompañado y sobrellevando la enfermedad. Como era habitual desde hacía 40 años, escribía semanalmente una columna de opinión en el diario El Tiempo, la última se publicó el pasado 4 de marzo y se tituló, ‘Contra los chips viciosos’. Gracias a esa pasión por escribir y profesionalismo, en el año 2000 obtuvo el premio Simón Bolívar en la categoría de Opinión.

Nacido en Envigado, Escobar deja un legado literario de más de 30 libros en géneros como el ensayo, la crónica, el cuento y la poesía; 'Las rosas de Damasco y otros cuentos', 'Insistencia en el error - Antología personal',  Invención de la uva, Del embrión a la embriaguezCuacConfesión mínimaCorrespondencia violadaNadaísmo crónico y demás epidemias y Ensayos e intentos, son solo algunas de sus obras más destacadas de su prolífica carrera. 

Les compartimos tres poemas de Eduardo Escobar, con los que en El Quindiano le rendimos homenaje a este gran autor y pensador latinoamericano. Paz en su tumba:

Paisaje infinito

Debajo de aquella columna de humo remoto
doblándose como un árbol bajo el peso oscuro del viento
tengo derecho a suponer el chisporroteo de un fogón encendido
Y detrás del fogón ha de haber una mujer que canta
O calla
Con un cucharón de madera en la mano derecha
revolviendo un cocido de papas y trozos de gallina y pizcas de cilantro
Y quizás lleva un delantal a cuadros azules
Y detrás de la mujer debe haber un niño
sentado en el suelo de tierra pensando en nada
Y detrás del niño ha de estar papá
Con su vozarrón callado y sus grandes zapatos quietos
Y su bigote de corsario
O como de manubrio de bicicleta
que le da un aspecto fiero
Y cómico a la vez
Y tierno
Y detrás de papá habrá un perro blanco
Y detrás del perro un gato colorado mordisqueándole la cola
Y detrás del gato una puerta abierta
Y un camino y una colina
Y una casa y una columna de humo

Y alguien que como yo
o tal vez mi contrario
contempla el paisaje circular a estas horas
se dice:
debajo de aquella columna de humo remoto
doblándose como un árbol bajo el peso oscuro del viento
he de suponer un fogón encendido y una mujer que canta
o que calla.

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El fin del mundo

Hoy soy feliz:
el sol se está apagando sobre el mundo
Todo va a terminar
La muerte es amarilla sobre el río
El universo será un puñado de sal para el mar
La luz se transformará en jabón para la cara
Los automóviles dormirán en las esquinas
y esperarán convertirse en garzas
Yo,
esperaré la invasión de las garzas
que vendrán a fabricar sus nidos
en el corazón de los semáforos
La ciudad de cemento será una caja de cartón,
Sola y empolvada
inmóvil
terminando en todas las calles
Adquiriendo la hediondez que se acumula en mis
Bolsillos
Pero yo soy feliz
irremediablemente,
mientras la luz es vieja.

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El tango de los hampones

Muchas veces quise ser bueno
Pero siempre me convencieron de la movida
de la bolsa o la vida
que es la moda del siglo que corre

Por eso me preocupo
de mantener mi billetera gorda
a cualquier precio
sin pararme en pelillos
Y del bien sacrosanto de mi panza
Desoigo los consejos de los pobres y los buenos

Hay que trampear si queremos sobrevivir
Tretas y artimañas convienen
Y es ventajoso mantener alguna carta oculta
Los discursos morales conducen a la ruina
Hay que ir armando también por el buen camino
El mundo se pone cada vez más difícil
Pregúntale a mi pistola

Entre el justo y el pecador
la diferencia está en el muerto
Y aunque no hay muerto malo
es preferible vivir y seguir en lo que estamos
mientras nos dejen
No hay que dejarse adelantar
El vencedor impone la moral
Las víctimas no cuentan
Se cuentan
Y se olvidan
Muchas veces quise ser bueno
Pero quién alimentaría a mi familia
Es mejor prevenir que lamentar
Y menos peligroso golpear primero
Por hacer el bien sin mirar a quién
muchos de cuyos nombres me olvidé
hallaron un mal fin
Es bueno y loable intentar ser honrado
Pero resulta un sinsentido
en este mundo corrompido

La virtud es hermosa no cabe duda
pero las virtudes del rico son evidentes
Y están bien respaldadas por los bancos
El que cuenta sus morlacos
dispone bien las partes del antiguo problema
sé lo bueno y lo malo
Hay que alejarse de la horrible pobreza

Hay que ser duros antes que demasiado puros
Golpea fuerte, y no lamentes tu suerte
Si no existieran el bien y el mal
La vida sería como pan con pan.

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